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El juego de Hollywood de Robert Altman.


“El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y de burdel”.
Federico Fellini.  
Esta es una película, que habla de películas, y de las cosas que somos capaces de hacer para hacer películas”.
Robert Altman.
"Hacer películas puede ser un asesinato".
Eslogan del film.


     Robert Altman tuvo algunos rifirrafes con el sistema de Hollywood en los años 70, después de algunas de sus obras de culto como Los Vividores (Mc Cabe and Mrs, Miller,1971) o  el Largo Adiós (The Long Goodbye,1973) que no consiguieron un reconocimiento del público, a pesar de la alabanza y la adulación que recibieron por parte de la crítica. Altman siguió trabajando fuera de los estudios a finales de los años 70 y a lo largo de los años 80, a menudo haciendo proyectos de presupuesto pequeño para mantener su leyenda viva.

Una contrariedad interesante es que esta comedia negra contribuyera poderosamente a la reinvención que el cine americano explotó en los 90, y volvió a situar a R. Altman en la cresta de la ola, que continuó con una adaptación épica de las historias cortas de Raymond Carver, Vidas Cruzadas (Short Cuts, 1993) convirtiéndose a lo largo de la década en una referencia para numerosos directores americanos en ciernes.

"En el nombre de todos los escritores/guionistas voy a matarte".

La necedad y las bromas en el propio contexto de Hollywood son el telón de fondo de la situación más obviamente satirizada en el filme: el negocio con el cine que vilipendia a los artistas y sacrifica la calidad para el éxito comercial.
Es destacable la prodigiosa escena de inicio* que se prolonga hasta los 7 minutos y 47 segundos sin un cambio de plano, es uno de los más geniales planos-secuencia que se recuerdan, no ya solo por los envidiables recursos técnicos que se demuestran, también porque el contenido de la misma consigue ser toda una declaración de intenciones de lo que se viene encima. Quince tomas se requirieron para poder parir esta genialidad, con piropos a Sed de Mal (Touch of Evil, 1958) de Orson Welles y a La Soga (The Rope, 1948) de Alfred Hitchcock incluidos (ambas mencionadas durante la propia escena), es uno de los muchos momentos de la película que consiguen sacar una sonrisa.


Un dato sin duda sorprendente es que alrededor de sesenta grandes nombres de la elite de Hollywood estuvieron de acuerdo con aportar “cameos” interpretándose a si mismos en la película, y muchos de ellos no fueron planificados por adelantado. La mayor parte de secuencias fueron grabadas en varias ubicaciones de Hollywood habitualmente frecuentadas por figuras de la industria cinematográfica, los cameos a menudo eran solamente coincidencias y los actores improvisaron sus apariciones. La mayor parte de los actores no recibió ninguna remuneración por sus aportaciones.

Altman ganó numerosos premios en Europa (el BAFTA, el de mejor director en el Festival de Cannes) y fue nominado para el Óscar y el Globo De oro como el mejor director (la película ganó el Globo de Oro para la mejor "comedia o musical "). Tolkin fue nominado para un óscar como responsable del guión. Tim Robbins también ganó el galardón al Mejor Actor en el Festival de Cannes.

Habiendo sufrido en sus carnes los giros y pendientes de toda esta especial montaña rusa, Robert Altman demostró en cada plano que él es el director idóneo para descubrirnos este gozoso y travieso “juego”.

Antonio Cristóbal para la 2ª edición de La Filmoteca (año 2008) dentro del ciclo "Cine dentro del Cine". (Restrospectiva 2008/2011).

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"El primer plano dura ocho o nueve minutos e introduce a una gran cantidad de personajes. La razón para hacerlo...bueno...fue por fanfarronería. Fue algo exhibicioncita y lo hice por esa misma razón, porque en primer lugar el film trataba sobre el hecho de hacer películas y de la vanidad, y yo estaba intentado llamar la atención diciendo, "¡Presten atención a ésto, es diferente, es especial!"  Así que en realidad se trataba sólo de presumir, y lo logré ya que la gente no paraba de hablar del plano secuencia y de la película. En la práctica, resulta, que si hubiese rodado la secuencia  de una manera convencional, con los cortes y demás, habría llevado dos días más de trabajo y  no habría sido tan eficaz".
Robert Altman acerca del plano secuencia. 
  

Cartelera internacional.




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