"Por la noche salen bichos de todas clases: furcias, macarras, maleantes, maricas, lesbianas, drogadictos, traficantes de droga...tipos raros. Algún día llegará una verdadera lluvia que limpiará las calles de esta escoria."
"Los días se suceden con monotonía, uno tras otro, ninguno de ellos se diferencia del anterior ni del siguiente, son como eslabones de una larga cadena, hasta que de repente surge el cambio."
"La soledad me ha perseguido durante toda mi vida, por todas partes, en los bares, en los coches, en las aceras, en las tiendas, por todas partes, no tengo escapatoria, soy un hombre solitario."
"Escuchad imbéciles de mierda, aquí hay un hombre que va a cortar por lo sano, un hombre que va a hacer frente a la chusma, a la prostitución, a las drogas, a la podredumbre, a la basura. Un hombre que acabará con todo eso."
"¿Hablas conmigo?... ¿Me lo dices a mí?... Dime... ¿Es a mí?... Entonces ¿a quién le hablas si no es a mí?... Aquí no hay nadie más que yo... Con quién puñetas crees que estás hablando...."
Frases de Travis Bickle en Taxi Driver.
Taxi driver es uno de los primeros clásicos considerados modernos. Fue dirigida en plena época de transición cinematográfica, en el surgimiento del cine de autor, donde el director era reconocido como creador indiscutible de la película. Sin embargo, estas son afirmaciones que requieren de matizaciones.
Respecto a la autoría del filme, es justo decir que tres figuras se reparten la creación de la obra: Martin Scorsese, Robert De Niro y otro personaje que, pese a estar en segundo plano, fue el germen de esta historia: el guionista Paul Schrader. Separado de su mujer, viviendo en un coche y obsesionado con las armas y la pornografía, Schrader pensó en un personaje que fuera un reflejo de su aislamiento y su incipiente manía. Nació así Travis Bickle, al que Schrader convirtió en taxista para subrayar su inadaptación y soledad. Un ser vacío y por lo tanto, totalmente susceptible a las influencias y peligros exteriores, como se demuestra durante todo el metraje.
Scorsese eligió a Robert De Niro para su papel, siendo esta decisión el gran acierto de la película. De Niro trabajó durante un mes como taxista en Nueva York, pero la construcción de su personaje va mucho más allá, prácticamente convirtiéndose en Travis Bickle (algo muy acorde con el método Stanislavsky del que De Niro siempre ha hecho uso para sus papeles). Improvisó algunos de los diálogos, como la famosa escena del espejo y la frase “¿Estás hablando conmigo?” o algunas conversaciones con el personaje de Iris, la niña prostituta y drogadicta cuya salvación significará la misión que Bickle se impone.
Schrader situó el caldo de cultivo de la locura de Bickle en la ciudad de Nueva York, pero no la romántica y bohemia Nueva York que conocemos de las películas clásicas. Nada de Broadway ni de Central Park, sino suburbios, proxenetas, prostitutas, drogadictos, camellos y violencia. Aún así, Scorsese se afana en mostrarnos la suciedad de forma estilosa y elegante, pues utiliza una cámara subjetiva de la vista del taxista, enseñando la porquería y haciéndola comprender desde la perspectiva de Bickle sin introducir al espectador en ella.
De hecho, el punto clave de la película y la razón por la que se le puede calificar como un clásico moderno, es porque coge prestados todos los clichés del cine clásico y los aleja hasta convertirlos en sus antípodas. Travis Bickle es el anti-héroe y la Nueva York que aparece en la película es la anti-Nueva York. Aparte está la historia, que contiene una estructura típica: un errante solitario que encuentra un ideal por el que luchar y pasa a la acción, el prototipo del denominado “sueño americano”. Sólo que en esta ocasión, el errante es una personaje que se va desquiciando progresivamente, una bomba de relojería a punto de estallar en cualquier momento y que actúa de forma poco noble y heroica. Aquí tenemos el anti-sueño americano.
Scorsese también utiliza recursos técnicos innovadores, aunque basados en el cine clásico (concretamente en el cine musical, según asegura el propio director), como la espectacular panorámica de la escena del desenlace en la que podemos observar todo el rastro de destrucción que Bickle ha dejado a su paso. Como anécdota, destacar que en esta misma escena el color rojo de la sangre tuvo que ser desaturado durante el proceso químico de la película para que la película no recibiera una calificación “X”, lo que hubiera supuesto un rotundo fracaso comercial. Otro gran truco narrativo son las voces en off del protagonista en las que expresa sus pensamientos y en las que queda en evidencia su progresiva transformación.
Para la música de la película, Scorsese contactó repetidas veces con Bernard Herrmann, afamado compositor de bandas sonoras de otras películas como Psicosis. El músico rechazó varias veces la propuesta del director, pero al final accedió. El característico tema principal de la película es una mezcla de tensión y tristeza, incluso de melancolía, y realmente parece ajustarse ya no a la película sino al solitario Travis Bickle. El mismo día que acabó de grabar las composiciones, Herrmann murió de un infarto producido por una enfermedad cardiaca. Como tributo póstumo, Scorsese dedicó la película a su memoria.
Como último apunte, una curiosidad del rodaje es que Jodie Foster, que interpreta a la menor de edad, prostituta y drogadicta Iris, tenía 13 años durante el rodaje, por lo que para la primera escena que comparte íntegramente con De Niro en la que ella se acerca al pantalón de él, fue sustituida por su hermana mayor, para evitar problemas con la familia y de paso, con la censura.
Más de treinta años después, Taxi driver sigue vigente por su innovadora estructura narrativa en primera persona o por la temática (desgraciadamente, se conocen muchos casos de Travis Bickle reales). Pero a día de hoy, sigue siendo una de las películas más impactantes que se recuerdan y eso en estos días de imágenes explícitas y provocación, es mucho decir.
1ª edición de la Filmoteca (2008) para el ciclo "Individuo y sociedad. Retrospectiva (2008/2011).
1ª edición de la Filmoteca (2008) para el ciclo "Individuo y sociedad. Retrospectiva (2008/2011).
Cartelera Internacional