Ficha técnica y sinopsis. Portada del programa de mano. |
“Vietnam fue lo que tuvimos en vez de una infancia feliz”
Michael Herr. Reportero, Guionista.
Apocalypse Now (1979) de Francis Ford Coppola narra la historia del capitán Willard (Martin Sheen), quien, escoltado por un reducido grupo de soldados, deberá remontar el río Nang en busca del coronel Walter Kurtz (Marlon Brando), un condecoradísimo oficial que ha perdido el juicio al tiempo que ha establecido un reinado de terror en la desembocadura del río.
La película se inspira libremente en la novela El corazón de las tinieblas (1902), de Joseph Conrad, y utiliza elementos de la publicación de 1977 Despachos de Guerra, del corresponsal Michael Herr. En cuanto a la búsqueda de ciertos precedentes cinematográficos, cabría fijarse en Lord Jim (1965) de Richard Brooks, también basada en un relato de Conrad del mismo nombre (que comparte el personaje de Marlow con El corazón de las tinieblas), y en Aguirre, la cólera de Dios (1972), abrumadora experiencia selvática de Werner Herzog.
Apocalypse Now se rueda en escenarios naturales de Filipinas, República Dominicana y California (Napa Valley), con una inversión de 35 millones de dólares. La etapa de producción se eterniza durante algo más de 3 años, ya que Coppola comienza a trabajar en la obra ya en 1976. El rodaje en Filipinas tiene que afrontar numerosas dificultades y contratiempos, que implican duplicar el presupuesto, lo que obliga a Coppola a hipotecar sus bienes personales.
Portada de la película |
Apocalypse Now Redux es una versión ampliada y definitiva de la épica obra de 1979. A diferencia de otros montajes, ha sido considerado como una película prácticamente nueva por admiradores y críticos, así como por el director Coppola. La película añade 49 minutos de material, y representa una significativa evolución respecto al original.
Coppola, junto a su colaborador Walter Murch, añadió varias escenas que resaltaban la grandeza de la historia original. Estamos, pues, ante un enigmático ejemplo de arte mayor: la perfeccion perfeccionada. Algo así como un capítulo inédito de «El Quijote», otra «menina» nunca vista, una escena desconocida de «Hamlet»...
Coppola, junto a su colaborador Walter Murch, añadió varias escenas que resaltaban la grandeza de la historia original. Estamos, pues, ante un enigmático ejemplo de arte mayor: la perfeccion perfeccionada. Algo así como un capítulo inédito de «El Quijote», otra «menina» nunca vista, una escena desconocida de «Hamlet»...
El coronel Kurtz (Marlon Brando), de las Fuerzas Especiales del Ejército de EEUU, lidera sus propias tropas de nativos como un semidiós. |
Visitando la nueva ampliación estrenada en 2001 en el Festival de Cine de Cannes, se contempla una versión bastante enriquecida de una película incendiaria que conserva la mayor parte de su poder. Reafirmando su estatus como la última obra maestra de Coppola, sugiere una meditación sobre la locura y la barbarie de la malograda Guerra del Vietnam, pasando a considerarse como una epopeya de terror que va más allá del cine bélico. Las sensaciones que transmite son tan terribles, y el poder de sus imágenes tan magnético y desbordante que permanece en la memoria después de su visionado.
A nivel de intérpretes todos los papeles principales son dignos de ovación. Martin Sheen, convulsivo y alienado, experimenta un embriagador viaje a través de su conciencia, que lo arrastra por los límites del olvido. El protagonista consigue que el Marlon Brando más grotesco y sobreactuado no le eclipse. La mención especial es, sin duda, para Robert Duvall ("il consiglieri", entre otros…), al que le sobran narices para hacer surf durante un bombardeo y disfrutar del olor a napalm antes de desayunar.
Pero no solo el elenco de actores salió victorioso de esta odisea, porque el grandioso resultado final de esta película también se podría haber visto muy mermado sin la fotografía de Vittorio Storaro, la implicación del polémico John Milius en el guion, o la participación directa e indirecta de una selección musical imprescindible.
A nivel de intérpretes todos los papeles principales son dignos de ovación. Martin Sheen, convulsivo y alienado, experimenta un embriagador viaje a través de su conciencia, que lo arrastra por los límites del olvido. El protagonista consigue que el Marlon Brando más grotesco y sobreactuado no le eclipse. La mención especial es, sin duda, para Robert Duvall ("il consiglieri", entre otros…), al que le sobran narices para hacer surf durante un bombardeo y disfrutar del olor a napalm antes de desayunar.
Pero no solo el elenco de actores salió victorioso de esta odisea, porque el grandioso resultado final de esta película también se podría haber visto muy mermado sin la fotografía de Vittorio Storaro, la implicación del polémico John Milius en el guion, o la participación directa e indirecta de una selección musical imprescindible.
El capitán Benjamin L. Willard (Martin Sheen) tiene asignada la misión de acabar con Kurtz. |
Conviene destacar el aspecto filosófico del guión, que sin caer en pretensiones ininteligibles, plantea la inutilidad de la guerra y todos sus factores paradójicos: la falsa moral, la ridiculez de tirotear a civiles para luego transportarlos a los hospitales o la hipocresía de castigar a un oficial por asesinato en medio de un conflicto sangriento y bárbaro. Todas estas dudas y planteamientos se presentan en forma de concienzuda reflexión en la mente del capitán Willard a lo largo de su viaje, dotando al film de una gran profundidad.
La película ganó la Palma de Oro en Cannes y fue nominada tanto al Óscar a la mejor producción como al Globo de Oro al mejor drama.
Toni Cristóbal
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