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Lope de Aguirre, Oskar Matzerath, Maria Braun y Tom Ripley: cínicos de postín.

El ciclo “Nuevo cine alemán” ha sido un descubrimiento para todos. Yo destacaría sobretodo un elemento coincidente en las cuatro películas proyectadas. La fuerza de los personajes protagonistas. Aguirre, Oskar y Maria Braun no son simplemente los protagonistas, sino que son también la historia. Y que decir de Tom Ripley, de sus fechorías se han escrito 5 libros y no son menos las adaptaciones a la pantalla grande que se han filmado. En su pellejo se han metido Alain Delon, Dennis Hopper, Matt Damon y John Malkovich. La definición de cinismo (desvergüenza o descaro en el mentir o en la defensa y práctica de actitudes reprochables), refleja claramente a estos cuatro individuos.
En fin, Oskar y Aguirre son mis dos favoritos y a ellos va dedicada la viñeta.


Empate técnico entre dos verdaderos desgraciaos. Maria se los llevaba al huerto fácilmente, y Tom se agenciaba con el tambor de Oskar y con la patera de Aguirre en un periquete. Todos son personajes despreciables con carné, pero que también me inspiran lástima y simpatía.

J.M.Trigueros.



Nuevo cine alemán hoy.

Tras la muerte de Fassbinder en 1982 se dio por concluida la época que abarcaba el movimiento del “Nuevo Cine Alemán”. Después de esa fecha los directores de nuestro ciclo continuaron rodando. Herzog y Wenders a pleno rendimiento se reparten el tiempo entre documentales y largometrajes, el primero absorbido por la industria estadounidense y el segundo enfrascado en sus labores de presidente de la Academia de Cine Europeo. Schlöndorff reparte su tiempo entre cine y televisión tanto en Alemania como en EEUU.

Estos tres directores siguen siendo referencia, pero si el cine alemán se está dando a conocer últimamente a nivel internacional es debido a que la conocida como Escuela de Berlín está dando sus frutos. A diferencia de la generación de Oberhausen, la Escuela de Berlín, una denominación que sus mismos integrantes rechazan, en principio porque no todos provienen de la capital alemana ni de su escuela de cine, no tiene un manifiesto ni un programa en común. Estos realizadores se reivindican en sus individualidades, lo cual no deja de ser un signo de los tiempos. Esta nueva generación se aproxima sin complejos a la historia de su país. Temas como el nazismo, la herencia de la RAF, la integración de inmigrantes y la nueva pobreza en uno de los países más ricos del mundo, es algo de lo que tienen que presumir y que les está dando fama como generación a los ojos del resto del mundo cinematográfico.

Por poner un ejemplo, en las últimas 10 ediciones de los Oscars, Alemania ha estado representada en 6 ocasiones, llevándose el galardón solamente en dos:

En un lugar de África de Caroline Link/2002: Temiendo la persecución nazi, un abogado judío arregla la huída de su mujer y su hija, de Alemania a Kenya, para reunirse en el país africano con él. La guerra avanza, pero también las dificultades de la familia para vivir allí, siendo refugiados alemanes en una colonia británica.
Ganadora del Oscar a mejor película de habla no inglesa.

La vida de los otros de Florian Henckel von Donnersmarck:/2006: El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) es un oficial extremadamente competente de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la antigua República Democrática Alemana. Pero, cuando en 1984 le encomiendan que espíe a la pareja formada por el prestigioso escritor Georg Dreyman (Sebastian Koch) y la popular actriz Christa-Maria Sieland (Martina Gedenk), no sabe hasta qué punto esa misión va a influir en su propia vida.
Ganadora del Oscar a mejor película de habla no inglesa.



El hundimiento de Oliver Hirschbiegel/ 2004:
Berlín, abril de 1945. Una nación está a punto de sufrir su hundimiento. Una encarnizada batalla se libra en las calles de la capital. Hitler (Bruno Ganz) y su círculo de confianza se han atrincherado en el búnker del Führer. Entre ellos se encuentra Traudl Junge (Alexandra Maria Lara), secretaria personal de Hitler. En el exterior, la situación se recrudece. A pesar de que Berlín ya no puede resistir más, el Führer se niega a abandonar la ciudad. Mientras el sangriento peso de la guerra cae sobre sus últimos defensores, Hitler, acompañado de Eva Braun (Juliane Köhler), prepara su despedida final.
Nominada al Oscar.
Ese año ganó la española Mar Adentro de Alejandro Amenábar.

Sophie Scholl de Marc Rothemund/2005: Munich, 1943. Mientras Hitler está devastando Europa, un grupo de jóvenes, sobre todo estudiantes universitarios, recurren a la resistencia pasiva como única vía efectiva para combatir a los nazis y su inhumana máquina de guerra. Se forma "La rosa blanca", un movimiento de resistencia dedicado a la caída del Tercer Reich. Sophie Scholl es la única mujer del grupo. El 18 de febrero, Sophie y su hermano Hans están distribuyendo panfletos en la universidad cuando de repente... Nominada al Oscar.

R.A.F. Facción del Ejército Rojo de Uli Edel/2008: crónica de la gestación y actividad del grupo terrorista alemán durante la década de los setenta. Y nunca mejor dicho lo de “crónica”, porque lo que se sucede en la pantalla es un desarrollo pormenorizado de cada uno de sus atentados y atracos, disensiones y secuestros, huelgas de hambre, juicios, incendios y chantajes en una escalada de violencia sin término.
Nominada al Oscar.


La cinta blanca de Michael Haneke/2009: Inexplicables acontecimientos perturban la tranquila vida de un pueblo protestante en el norte de Alemania en 1913, justo antes de la Primera Guerra Mundial. Un cable que provoca una terrible caída al médico del pueblo, un granero que se quema, alguien que aparece salvajemente torturado... ¿Quién está detrás de todo esto? Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el administrador, el médico, la comadrona y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del fascismo en vísperas de la I Guerra Mundial.
Nominada al Oscar. Mejor película en los premios de cine europeo.

En la última década también han sobresalido los siguientes títulos:


Good Bye Lenin de Wolfgang Becker/2003: Octubre de 1989 no era el mejor momento para entrar en coma si vivías en Alemania Oriental y eso es precisamente lo que le ocurre a la madre de Alex, una mujer orgullosa de sus ideas socialistas que cae en coma días antes de la caída del muro de Berlín. Alex se ve envuelto en una complicada situación cuando su madre despierta de repente ocho meses después, en una Alemania reunificada y capitalista. Ninguna otra cosa podría afectar tanto a su madre como la caída del Muro de Berlín y el triunfo del capitalismo en su amada Alemania Oriental. Para salvar a su madre, Alex convierte el apartamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre vive cómodamente creyendo que nada ha cambiado.
Mejor película en los premios de cine europeo.

Contra la pared de Fatih Akin/2004: Cahit tiene 40 años. Está recluido en la planta psiquiátrica de un hospital por haber intentado suicidarse. Ahora debe empezar desde cero, aunque la rabia anclada en lo más profundo de su ser le hace aullar al no tener alcohol ni drogas para dormirse. Sibel tiene 20 años. Al igual que Cahit, es de origen turco aunque haya crecido en Hamburgo. Es guapa y le gusta demasiado vivir para ser una buena musulmana. En un intento de escaparse de la cárcel que ha levantado a su alrededor una familia muy creyente y respetuosa con las tradiciones, intenta suicidarse. Sobrevive sin encontrar la libertad que anhelaba. Sibel sólo ve una posibilidad para escapar a su familia, y es que Cahit se case con ella.
Mejor película en los premios de cine europeo.

La ola de Dennis Gansel/2008: Alemania hoy. Durante la semana de proyectos en un instituto, al profesor Rainer Wenger (Jürgen Vogel) se le ocurre la idea de un experimento que explique a sus alumnos cuál es el funcionamiento de los gobiernos totalitarios. Comienza así un experimento que acabará con resultados trágicos. En apenas unos días, lo que comienza con una serie de ideas inocuas como la disciplina y el sentimiento de comunidad se va convirtiendo en un movimiento real.


Ahí van 9 películas para el que se haya quedado con ganas de cine germano. Son sólo una muestra de lo más importante que los cineastas alemanes han dado a conocer en la última década. Como siempre, se aceptan proposiciones en los comentarios, y así aumentamos la lista.

La Filmoteca.

X Concurso Nacional de Cortometrajes del Festival de Cine de Sant Joan d'Alacant



Las obras seleccionadas como finalistas serán proyectadas al público los días 10, 11, 12 y 13 de mayo de 2010. Los premios se fallarán el viernes día 14 de mayo de 2010, en acto público en el Salón de Actos de la Casa de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Sant Joan d'Alacant.



SECCIÓN OFICIAL

· Gran Premio “Sant Joan d'Alacant” a la mejor obra de ficción, reportaje, documental o animación, de tema libre. Cuantía del premio: 1.800 € y diploma.


· Premio “Diario Información” a la mejor obra finalista de ficción, reportaje, documental o animación, de tema libre. Cuantía del premio: 900 € y diploma.


· Premio “Universidad Miguel Hernández” a la mejor obra de ficción, reportaje, documental o animación, de tema libre, presentada por autores nacidos o residentes en la Comunidad Valenciana. Cuantía del premio: 600 € y diploma.


· Premio “Norma-10” a la mejor obra de animación de tema libre. Cuantía del premio: 500 € y diploma.


PUNTO DE ENCUENTRO

· Premio “Ciudad de la Luz” a la mejor obra de ficción, reportaje, documental o animación, de tema libre, presentada por alumnos que cursen o hayan cursado estudios en Escuelas de Cine o Universidades de todo el territorio nacional, con obras producidas en estos centros. Cuantía del premio: 1.200 € y diploma.


PANORAMA FORMATIVO

· Premio “Amando Beltrán - AMPA-IES Luis García Berlanga” a la mejor obra de ficción, reportaje, documental o animación, de tema libre presentada por alumnos que cursen ciclos formativos de la familia profesional de Comunicación, Imagen y Sonido en cualquier centro público o privado de todo el territorio nacional, con obras producidas en estos centros. Podrán optar a este premio antiguos alumnos del IES Luis García Berlanga. Cuantía del premio: 400 € y diploma.


Más información en la página oficial del Festival
www.santjoanfestivaldecine.es

La Filmoteca

Error en 1001 películas que ver antes de morir: "El matrimonio de Maria Braun"



¿1978 ó 1979?

Saltó la controversia cuando hubo una discusión sobre cual era el año de estreno de El matrimonio de Maria Braun, ya que consultadas varias fuentes no se llegaba a un acuerdo. En internet, páginas como rotten tomatoes, TCM, Filmaffinity y varias más decían que databa del 78. IMDB, allmovie, Wikipedia aseguraban que se estrenó un año después. Si consultamos algunos libros, la editorial Tachen en su Cine de los 70 se decanta por el 78 y sin embargo 1001 películas que debes ver antes de morir de Grijalbo lo hace por el 79. Decir también que Fnac en su edición de la película apuesta por el 79 y que seguramente sea esta la fecha definitiva.
Cuando alguien se dedica a lo que hace esta filmoteca y su blog tiende a buscar información donde puede, muchas veces uno lo hace de memoria y otras tiene que recurrir a libros, revistas o Internet para poder escribir el apellido alemán del director de El tambor de hojalata (Schlöndorff), dónde narices se rodaron los exteriores o cuándo fue la fecha de estreno de una película. Está claro que si me preguntan cuál fue la fecha de estreno de Avatar de James Cameron diré sin ningún tipo de dudas que fue el 2009, pero con otros datos de películas en las que ni siquiera habíamos nacido nos tenemos que fiar del trabajo de los demás.
Pero hay una cosa que está clara. Podemos documentarnos de mil maneras, pero si se trata de analizar una película, hacer una entrevista, o escribir una sinopsis para la carátula del dvd por ejemplo… lo mínimo que tenemos que hacer es ver la película. Si, si, ya…es algo evidente, pero tristemente nos hemos encontrados con fallos que no atañen a la documentación…

Me explico poniendo un ejemplo que tiene que ver con la problemática adjudicación de fechas de estreno para El matrimonio de Maria Braun. Consultado el libro de 1001 películas que debes ver antes de morir leí lo siguiente:

“Al igual que muchas de las demás películas del director alemán Rainer Werner Fassbinder, El matrimonio de Maria Braun se centra en un personaje femenino cuyo destino refleja la historia de su país. Casada con un soldado, Hermann (Klaus Löwitsch), durante la Segunda Guerra Mundial, Maria (Hanna Schygulla) cree que su marido ha muerto en combate; al declararse la paz, Maria empieza a trabajar en un cabaret. Acosada por un soldado estadounidense que trata de violarla, Maria lo mata sin querer durante el forcejeo la misma noche en que regresa su marido….”

¿Acosada por un soldado estadounidense que trata de violarla, Maria lo mata sin querer durante el forcejeo la misma noche en que regresa su marido? ¿Cómo?

A la persona que ha escrito ésto (una tal Dana Duma, profesora en la Universidad de Cine y Teatro de Bucarest) le han contado la película, la vio hace mucho tiempo y no la recuerda o simplemente no la ha visto. Y mira que es difícil olvidarse de la mejor escena de la película en mi opinión, aquella en la que Maria y su amante negro deciden celebrar alegremente el futuro nacimiento de su hijo haciendo el amor, justo cuando llega el marido presuntamente fallecido. La profesora ha trastocado por completo el sentido del personaje de Maria y lo ha convertido de una superviviente a una víctima.
En fin, es escandaloso que pasen estas cosas y pido que si alguna vez nos equivocamos en algún dato nos perdonen, pero tengan claro que lo que hacemos nosotros es serio y que lo hacemos con cariño, jamás se nos ocurriría proyectar o escribir sobre una película sin haberla visto. Es lo mínimo.

Para más información sobre la película no duden en leer el artículo escrito en este blog el 15 de marzo de 2010 o en el siguiente enlace:

J.M.Trigueros.

El tambor de hojalata de Volker Schlöndorff.

Ficha técnica y sinopsis. Primera página del programa de mano.

“Hoy he leído El tambor de hojalata por primera vez y he tratado de imaginar cómo podría ser llevado al cine. Podría convertirse en un fresco muy alemán, la historia del mundo vista desde abajo: cuadros gigantescos, espectaculares, reunidos por el minúsculo Oskar. Se ha dicho de él que era una creación del siglo XX. Para mí, posee dos cualidades típicamente contemporáneas: el rechazo y la protesta.”
Volker Schönldorff

“Schlöndorff ha buscado conscientemente una forma narrativa sencilla. Se eliminaron fragmentos enteros, y aún así, me da la impresión de que ha conseguido arrojar una luz diferente a toda la obra.”
Günter Grass


      Cuando se analiza una adaptación literaria es inevitable hablar de lo obra en cuestión y si ésta se trata de El tambor de hojalata  (Die blechtrommel, 1979) es inevitable hablar de su autor, Günter Grass, ya que el libro narra de manera autobiográfica muchos de las correrías del autor en su juventud, haciendo fiel retrato histórico de los hechos sucedidos en su natal Dazing, región polaca en la que vivían alemanes, polacos, judíos y casubios/cachubas (minoría de origen eslavo). Recientemente el escritor ha confesado que en su juventud perteneció a las SS. Su obra data de 1959, la película de 1979 y a Grass le fue otorgado el Premio Novel en 1999. El tambor de hojalata es la obra más universal de la literatura alemana y la película es el estandarte de la filmografía del Nuevo Cine Alemán que este mes nos ocupa.

Günter Grass y Volker Schlöndorff.

Dentro del movimiento del Nuevo Cine Alemán, Volker Schlöndorff destacó por ser el adaptador literario más reputado. Con una gran preparación a las órdenes de los franceses Louis Malle El fuego fatuo (1963), Jean-Pierre Melville El confidente (1962) y Alain Resnais El año pasado en Marienbad (1961), puntales de la Nouvelle Vague, el joven director alemán se dedicó a llevar a la gran pantalla las siguientes obras literarias con gran éxito, El joven Törlees (1966) y el El honor perdido de Katharina Blum (1975), la primera, crítica también con la sociedad que permitió el nazismo y la segunda, crítica contra el poder de los medios de comunicación. Estos resultados le granjearon una buena reputación y fue el elegido para trasladar la obras de escritores como Günter Grass, Marcel Proust, El amor de Swann (1983) , y Arthur Miller Muerte de un viajante (1985) a escenarios reales y personajes de carne y hueso.


Foto del rodaje.De izquierda a derecha, Günter Grass, David Bennet y Volker Schlöndorff.

La época por la que discurre la historia contemplaría el panorama polaco-alemán desde 1899 hasta 1945. Un periodo de tiempo en el que cuadros de Beethoven son sustituidos por los de Hitler, los jugueteros judíos piensan en emigrar a Inglaterra o resumiendo en palabras del propio Oskar “Había una vez un pueblo crédulo que creía en Papa Noel, pero Papa Noel en realidad era un ogro.” Etapa en la que Alemania se convirtió en la enemiga del mundo.

La obra goza de tal número de símbolos, metáforas y alegorías que son necesarios más de un visionado o un estudio previo para poder comprender del todo la magnitud intelectual que abarca. Oskar es un niño que a la edad de tres años se niega a crecer al observar el comportamiento de los adultos. Se niega a pertenecer a un mundo donde imperan las mentiras y las apariencias. La hipocresía de la trinidad que constituye la familia de Oskar, su madre ama a un judío polaco, pero se casa con uno oficial alemán, hace que el pequeño dictador aborrezca el mundo de los mayores. Crítica a la sociedad alemana prenazi que no se extraña de la elección de un niño de 3 años a seguir creciendo al igual que tampoco lo hace de la ascensión de los nazis al poder. Impasibilidad de un pueblo que se las tragó todas.
El tambor como símbolo de la juventud que no quiere perder y también junto a su grito vitricida, arma que denuncia todo cuanto se le pone en el camino. El grito que rompe los cristales podría hacer referencia a la “noche de los cristales rotos”. El primer cristal que se rompe es el de un reloj, claro símbolo del tiempo. Enanos de feria disfrazados de soldados alemanes y una enana italiana como representantes de los fascismos europeos...
La utilización de un niño como protagonista narrador y observador de la historia es paradójica en cuanto a su propia utilización, ya que normalmente se utilizan estas figuras como símbolos de pureza y esperanza, sin embargo Oskar es el mal encarnado en un niño grotesco que no levanta un metro del suelo, demostrando así la psicosis enfermiza de aquel tiempo.

Este relato dio mucho juego al director, por un lado tuvo que asumir toda la responsabilidad que la magnitud de la obra se merecía, pero por otro tuvo que disfrutar adaptando una novela que le permitió jugar con diferentes modos de realización. Al comienzo con una visitación al estilo del cine mudo, con actores gesticulantes y la mayor velocidad de la imagen, este primer fragmento recuerda al cine mudo de los grandes cómicos. El estilo con el que Schlöndorff continúa su cinta se enmarcaría dentro del denominado realismo mágico. Situaciones propias de los relatos infantiles como las fábulas y los cuentos dispuestos en escenarios reales y rodados con tremenda naturalidad. Lejos de toda experimentación o vanguardia Schlöndorff consiguió ser el más comercial de todos los representantes del Nuevo Cine Alemán, pero conservando las señas de identidad del cine europeo más puntero como la Nouvelle Vague y directores como Fellini y Buñuel. Utilizando la voz en off del protagonista deambulamos por escenas cómicas, trágicas, de acción y de retrato costumbrista de la familia alemana. Algunas representadas con fantasía y otras con una crudeza visual esperpéntica.

Cartelera diversa.

Si contamos con una historia fenomenal y un director capacitado para llevarla a cabo nos queda un punto de muy difícil consecución y que se solventó con increíble fortuna. Había que buscar un niño protagonista que reuniera todas las características especiales de Oskar Matzerath. Durante la preparación de la película advirtieron a Schlöndorff de la existencia de David Bennet, hijo del actor Heinz Bennet, que contaba con 12 años y padecía un problema de trastorno de crecimiento. Interpreta desde un Oskar intrauterino y omnisciente de su propia existencia, pasando por la niñez a los 3 años en la que decide dejar de crecer, hasta la pubertad con sus inquietudes sexuales y alcanzando los 21 años al final de la película. Este personaje ambiguo representa las dos caras del pueblo alemán. Rechaza a la sociedad por su impasibilidad, pero también refleja el tono totalitario, cruel, despótico y torturador del nazismo. Esta combinación de personalidades se unifican en un ser egoísta y destructivo, que no duda en pasar por encima de quien sea para conseguir sus objetivos, llevándose a su peculiar familia por el camino. Oskar es el antinazismo alemán y el nazismo alemán es Oskar.


Viendo el fantástico cartel de la película (lo puedes ver al inicio del artículo) y antes de terminar, no me resisto a apuntar la importancia que en relato tiene el sexo y la sexualidad de los personajes. Unas veces con humor, otras con angustia, pero siempre con naturalidad. El crecimiento hormonal de Oskar se ve claramente marcado por las inquietudes sexuales del mismo. El resto de los personajes tampoco esconden en el film sus inquietudes y relaciones sexuales. Debido a una escena en la que Oskar posa su cara sobre la entrepierna desnuda de la criada/amante/madrastra, la película fue censurada y confiscada de todos los videoclubs de Oklahoma (EE.UU) al considerarla un juez demasiado obscena por mostrar escenas sexuales en las que aparecía un niño menor de 18 años. Afortunadamente el tema se salvó aplicando el sentido común en los sucesivos juicios que se libraron tras la denuncia de los perjudicados (propietarios de los derechos y público en general).

Dos de las escenas que tanto escandalizaron al juez de Oklahoma.

En 1979, El tambor de hojalata ganó junto a Apocalypse Now la Palma de Oro de Cannes y el Oscar a la película de habla no inglesa.

La moraleja de este cuento para adultos es clara cuando vemos el último plano de la película. Empieza y termina la historia en un campo de patatas, relato cíclico que nos advierte al igual que el final de El matrimonio de Maria Braun (1979) de R.W.Fassbinder, sobre la necesidad de estar atentos, porque es posible que la historia se repita.


J.M. Trigueros.




Viñeta.


Así se las gasta el niño contra Lope de Aguirre, si habéis visto las 2 películas entenderéis mejor el chiste.
Tanto en Aguirre, la cólera de Dios como en El tambor de hojalata  hay unas cuentas del 1 al 10. En la primera, le cortan la cabeza a un soldado por órdenes de Aguirre diciendo el nº 10 cuando la cabeza está en el suelo. En El tambor de hojalata, Oskar cuenta del 1 al 10 y se tira por las escaleras justificando mediante un acto físico el estancamiento de su crecimiento.
En fin, Oskar y Aguirre son mis dos favoritos y a ellos va dedicada la viñeta. Son personajes despreciables con carné,    pero que también me inspiran lástima y simpatía.
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 Otros artículos relacionados:


-Aguirre, la cólera de Dios.
-El amigo americano.
-El matrimonio de Maria Braun.
-Nuevo cine alemán hoy.


Pincha en los enlaces para poder leer el análisis de los mismos.

El matrimonio de Maria Braun de Fassbinder


“Todos los cineastas de aquella época queríamos comunicar, tener un público. Existía el temor de invertir en emociones y sentimientos y luego desilusionarnos al no encontrar el público adecuado. Así que nos reprimía el encontrar ese público, de modo que era un cine unilateral, un cine de expresión, no de comunicación. Fassbinder representa el tránsito de la expresión a la comunicación, era un gran comunicador. Sus películas, especialmente las últimas, buscaban una relación de amor con el público; todas sus películas tienen una corriente sensual patente. Cuando las veo siento que dicen "Soy tuya, ámame".”
Bernardo Bertolucci



A día de hoy, Alemania es un país ejemplar. No sólo han sobrevivido durante el siglo pasado a episodios oscurísimos, sino que han saneado su conciencia mediante la modernización. Es un pueblo que ha sabido perdonar y perdonarse, pero sin olvidar. Han cicatrizado heridas abiertas con otros países y entre los propios alemanes. Los tiempos del Deutschland über alles (Alemania por encima de todo) son afortunadamente lejanos. Pero la esencia de ese lema, con su cambio de matices correspondiente a todo lo padecido por el pueblo alemán durante los últimos cien años, pervive entre la gente. Los alemanes están concienciados de que Alemania está por encima de ellos y actúan en consecuencia.

Rainer Werner Fassbinder, director prolífico aunque de corta trayectoria, se mostró bastante interesado en retratar cómo se las manejó Alemania tras uno de estos episodios negros antes mencionados: el fin de la II Guerra Mundial y caída del nazismo. Concretamente, retrató al país durante la época del denominado “milagro económico” (por el que Alemania se recuperó muy rápidamente de los desperfectos de la guerra) en la conocida “trilogía BDR” o trilogía de la República de Alemania Occidental. Las tres películas que comprenden esta trilogía son El matrimonio de Maria Braun, Lola y La ansiedad de Veronika Voss. Es necesario para el que escribe estas palabras incidir en que, como bien indican los títulos de estas tres películas están protagonizadas por mujeres.



La sensual Hannah Schygulla interpreta a Maria Braun

Y es que el personaje de Maria Braun, interpretado por una descarada y sensual Hanna Schygulla, es absoluto protagonista, dueño y señor de la historia de la película. El prólogo es una declaración de intenciones para la obra y para la propia protagonista. En pleno ataque aliado, una pared con un cuadro de Hitler estalla y podemos observar a través del agujero que la explosión deja cómo Maria y su marido – un soldado de la Alemania nazi - se casan firmando los papeles de su matrimonio mientras se arrastran por el suelo y las detonaciones se suceden. Con esta secuencia, Fassbinder nos resume el carácter impertinente del matrimonio protagonista de la historia y también nos sugiere la importancia de la simbología para entender las intenciones de la obra. Maria Braun es una mujer autosuficiente. Inteligente, perspicaz y ambiciosa, sabe con quién relacionarse y cómo aprovechar su verborrea y su despampanante físico. Durante la ausencia de su marido, destinado a combatir el ataque de los Aliados, se las ingenia para ir sobreviviendo. En una escena en la que el propio Fassbinder hace un cameo como comerciante, Maria Braun le hace dos compras y le desecha otra: compra licor para que su madre ahogue las penas; un sensual vestido para atraer conseguir un trabajo en un club nocturno y atraer las miradas de los soldados americanos; y por último, cuando el vendedor le ofrece la obra completa de Kleist, la rechaza porque “los libros arden muy rápido”. Esta escena simboliza la Alemania de posguerra como un país que quiere olvidar, al que no le importa relacionarse con sus antiguos enemigos y dejar atrás su propia herencia cultura en pos del resurgimiento. Maria acaba entablando una relación sexual con un soldado americano, que la deja embarazada. Cuando Hermann vuelve y descubre a su mujer a punto de tener sexo con su amante americano, abofetea a Maria y forcejea con el soldado. Maria, en pleno entuerto, se decanta por su marido, matando al soldado de un botellazo en la cabeza. En el juicio por el crimen, Hermann se inculpa del asesinato y es condenado a la cárcel en lugar de Maria.

Porque Maria es una mujer autosuficiente, pero ni de lejos es independiente. Puede conseguirlo todo embelesando a cualquier hombre, pero al fin y al cabo necesita reencontrarse con su marido y todo lo que hace se encamina paradójicamente en esa dirección. Ya sea abandonar su hogar y comprarse su propia casa o acostarse con enemigos. Todo lo hace con el objetivo de crear un futuro próspero para ella y su marido, de reconstruir su vida de entre las ruinas. Y su marido opina lo mismo. Le da igual esperar lo que haga falta y actuar como sea si la dicha es buena. Ella le quiere pese a ser un nazi que cuando sale de la cárcel le abandona. Él la quiere pese a que ella se acuesta con hombres para conseguir poder. Se perdonan porque saben que es por el bien común. Es la metáfora del resurgimiento de Alemania tras la II Guerra Mundial. Los alemanes pelearon por levantar el país, flirteando con los americanos, re-adaptándose a la cultura europea que los veía como la oveja negra del continente. Y al final, consiguieron el milagro económico y hoy en día es uno de los países líderes de la Unión Europea. Un país, que como Maria y Hermann Braun, se perdona los errores pasados y mira al futuro.


Maria Braun flirtea con un soldado americano. Una metáfora de las relaciones germano-americanas en tiempos del milagro económico alemán.


Sin embargo, al final de la cinta, - que no desvelaré, pues contar el final de las películas está muy feo, aunque sea para escribir una crítica -, Fassbinder deja una advertencia. Con espectacular sutileza, nos muestra lo que puede ocurrir si Maria Braun tiene un descuido. Fassbinder apoya al hombre que proclamó que el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla. Y de forma muy trágica.


Antonio Ruzafa

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El amigo americano de Wim Wenders





“A los americanos no les gusta que se les ponga un espejo delante, pero no pueden dejar de meterse en la vida de los demás. “



Wim Wenders




Wim Wenders, nacido en 1945, creció en la Alemania que miró a otro lado para olvidar, e inevitablemente empezar a crecer de nuevo en manos de su redentor americano.
Una de las constantes mas interesantes en la filmografía del director germano Wim Wenders, es su tratamiento, algo ambiguo, sobre la presencia de la cultura y política norteamericana en el resto de culturas occidentales, y el modo en el que ha ido penetrando en el subconsciente europeo y, mas concretamente, en su país natal, desde la postguerra y el milagro económico alemán, hasta hoy día.
Sin embargo, pienso que es evidente la admiración de Wenders por la cultura norteamericana, la más arraigada, profunda y folklórica. Wenders observa con admiración al antihéroe americano; aquel que se esconde tras la primera potencia mundial y que no siempre debe salir victorioso, incluso, a veces es autodestructivo.
Por todo ello, tengo la certeza de que la elección del título de la película de Wenders, que proyectamos hoy en el ciclo dedicado a la joven generación del Nuevo Cine Alemán de los años 70, no fue gratuita.

El amigo americano, es una adaptación de “El juego de Ripley” de la novelista de estadounidense, Patricia Highsmith. Wenders, que luchó por conseguir los derechos de una novela de Highsmith de la saga Ripley, finalmente los encontró. Y fue gracias al encuentro personal con la propia escritora, quien le ofreció los derechos de la más reciente, todavía sin editar.
La obsesión del cineasta alemán por el intrigante personaje de Tom Ripley, se evidencia en su cita del enunciado. Wenders utiliza al inquietante personaje de Tom Ripley para simbolizar en él lo oscuro del lado americano, egocéntrico, orgulloso y destructivo. A su vez, ese lado oscuro se disfraza en la superficie de un atractivo, sutil y desafiante, adulador comerciante, vendedor de humo. La máscara de Tom Ripley, como el título de otra novela de la famosa saga, esa delicada capa superficial que oculta lo descarnado del personaje es, a mi parecer, el símbolo perfecto de lo que Wenders ansiaba en su búsqueda para retratar el discreto encanto norteamericano.
Sin embargo, Wenders, que sigue siendo un enamorado del otro lado americano, había adquirido de ellos, junto a sus compañeros de generación alemanes, el arte de saber vender su producto. Para ello, elaboró un magnífico Thriller en el más puro estilo americano ayudado del guión adaptado de la novela de Highsmith. Cine negro europeo, al estilo americano, o viceversa.

Anteriormente a El amigo americano, Wenders, había realizado una serie de films que le ayudarían a destacar internacionalmente donde destacaban Alicia en las ciudades (1974) y En el curso del tiempo (1976). Posteriormente realizó, en la década de los 80, dos obras claves en su filmografía como Paris, Texas (1984), galardonada con la Palma de Oro, y El cielo sobre Berlín (1987), con las que se consagró definitivamente como uno de los cineastas europeos más destacados de la década. En sus primeros Films, retrató el folklore norteamericano que tanto admiraba, su cultura y sus paisajes, a modo de road movies; un género que le apasionaba, y que dio nombre a su primera productora. En ellos, indagaba también en la psicología de la sociedad norteamericana, sus vacíos y alienamientos, así como el contacto con el inmigrante.

Wim Wenders consiguió en El amigo americano su propósito de colaborar con siete directores colegas de profesión, interpretando varios personajes. Estos fueron, Dennis Hopper, Nicholas Ray y Samuel Fuller, invitados americanos, y el germano Peter Lilienthal, el suizo Daniel Schmid, y los franceses Jean Eustache y Gérard Blain, como invitados europeos. Todos ellos, tuvieron roles negativos o perversos y la relación de equilibrio entre ellos es, a mi parecer, de lo más interesante del sentido narrativo del film. Wenders utiliza a varios de estos cineastas, tan admirados por él, en papeles que parecían sacadas de sus películas; personajes tan retorcidos y bizarros como los salidos de las filmografías de Fuller, o antihéroes rebeldes como en la de Ray. Por ejemplo, Nicholas Ray interpretaba notablemente a un estrambótico pintor que se dedicaba a falsificar sus propios cuadros, para robar los auténticos y venderlos en el mercado negro. Uno de los papeles principales, además del de Ripley para Dennis Hopper, lo tuvo el cineasta francés Gérard Blain, que interpretó al desalmado asociado de los bajos fondos parisinos, Raoul Minot. Estos personajes interpretados por sus colegas, parecen una ofensiva ante el desprecio histórico del cine americano hacia su propio cine, y parte del europeo. Ray y Fuller, fueron dos grandes infravalorados de la industria americana, asi como el resto de participantes europeos; la mayoría pertenecientes a la “nouevelle vague” francesa y, por tanto, grandes admiradores del mejor cine americano. Este curioso casting, es una de los motivos irónicos mas interesantes del film, similar a lo que insinuaba Jules Dassin en Rififí (1955), tras su destierro americano en la caza de brujas.

Dennis Hopper interpretó al inquietante Tom Ripley; no es especialmente la mejor interpretación de Ripley en el cine, que a mi parecer fue la de Alain Delon en A pleno sol (1960) de Réne Clément, y su caracterización de tejano fue rechazada por la propia Patricia Highsmith. Sin embargo, mas tarde aseguraría la escritora que el Ripley de Hopper le parecía haber capturado la esencia y el alma del personaje, esto es en parte, el equilibrio entre encanto, orgullo y sangre fría, tan característicos de Ripley, y que Hopper interpretó muy sutilmente.


Dennis Hopper interpreta al inquietante Tom Ripley


Bruno Ganz, que tan sólo había realizado un film en su carrera el año anterior tras una exitosa carrera teatral, interpretaba a Jonathan Zimmerman; el ingenuo marquista judío cuya enfermedad incurable se tornará en chantaje emocional por parte de Ripley y sus socios. Jonathan es un tipo solitario y sencillo, maleable e inseguro; desconfía de los que no respetan el arte y su trabajo, pero sin embargo, es atraído por la cultura y el sistema americano. A Zimmerman, le gusta el rock y las formas de los americanos, su despreocupación y sus sueños. Tom Ripley, es consciente de que la enfermedad de Zimmerman incrementa sus sensaciones positivas respecto a esta tipo de vida, y le seduce hasta usarlo como arma para llevar a cabo un asesinato como pago a sus socios de la mafia parisina, en un ajuste de cuentas. Al mismo tiempo, y como buen falsificador, Tom propone a sus adeudados la falsificación de los informes médicos sobre la enfermedad de Zimmerman, chantajeando emocionalmente a éste, quién cederá ante el juego destructivo de Ripley, consumando así el primer asesinato. La caída sin retorno de Zimmerman es de una interpretación soberbia por parte de Ganz; se puede ver la progresión de la desintegración de su sistema moral y de valores; Zimmerman es un ser patoso, choca con todo y se resigna fácilmente; sin embargo, es calmado y sumiso hasta que pierde finalmente el norte progresivamente; lo vemos gritar, reír, llorar, y con un serenidad incoherente en ciertos momentos tensos; tal vez, consciente de su destino.
La interpretación de Ganz es la mejor, con creces, de la película; y significó su primer gran éxito de crítica en el cine, donde no dejaría de trabajar hasta hoy día con interpretaciones tan recordadas como la reciente de Hitler en El Hundimiento (2004) de Oliver Hirschbiegel. Mas tarde de El amigo Americano, Ganz volvería a colaborar con Wim Wenders en varias películas como la aclamada El cielo sobre Berlín (1987).

Estéticamente, El amigo americano, es un film muy experimental e innovador. Wenders, junto a su director de fotografía, Robbie Müller, influenciado por el pintor norteamericano Edward Hopper, consiguió una iluminación donde destacaban los tonos verdes y amarillentos, y unos encuadres muy pictóricos acordes con el tema del film.
La acción se sitúa en tres localizaciones, New York, Paris, y Hamburgo; el rodaje se realizó a medio camino entre las tres ciudades y en estudio. Wenders, retrató con holgura las tres ciudades, sobre todo Paris, al estilo de otro de sus maestros, el italiano Michelangelo Antonioni, a quien ayudaría co-dirigiendo su último film Más allá de las nubes (1995). A destacar, el montaje de la escena del asesinato en el tren donde son casi inapreciables los constantes cambios escénicos entre el tren real y el estudio.



Un brillante Bruno Ganz interpreta al atormentado Jonathan Zimmerman.
Trailer original de "El amigo americano".


En definitiva, El amigo americano es una de las grandes aportaciones del Nuevo Cine Alemán a la industria europea, que lanzó definitivamente a Wenders al reconocimiento mundial y al estrellato. Hoy día, Wenders es uno de los cineastas mas respetados del mundo. En su Filmografía destacan tanto los Films de ficción, como los aclamados documentales, como por ejemplo Buena Vista Social Club (1998), como su gran repercusión mediática y tendencias respecto a la industria cinematográfica.
Actualmente, Wim Wenders, es el presidente de la Academia Europea del Cine, y su empeño se ha centrado en la reivindicación hacia el cambio y el progresismo en la industria. Gran cinéfilo, amigo de los mas grandes cineastas, de una admiración recíproca, Wenders se sitúa hoy como una de las voces mas importantes en la toma de decisiones y cambios de tendencia. Tras dar el paso al cine digital con Tierra de abundancia (2004), y colaborar en el film español producido por Javier Bardem Invisibles (2007) actualmente prepara el salto al cine documental en 3D con un film sobre la vida de la coreógrafa germana Pina Bausch.
Con Wim Wenders, continúa hoy el repaso a los más destacados cineastas del Nuevo Cine Alemán en La Filmoteca de Sant Joan. Wim Wenders, el amigo alemán.

Javier Ballesteros

Aguirre, La cólera de Dios de Werner Herzog.




“Aquí la naturaleza es violenta y brutal…solo veo fornicación, asfixia, estrangulación, la lucha por la supervivencia, el crecimiento y la putrefacción. Hay mucha miseria, pero es la misma miseria que nos rodea a todos. Los árboles están en la miseria y también los pájaros. No cantan, gritan de dolor. Mirándolo bien hay un tipo de armonía. Es la armonía del asesinato fascinante y colectivo. Lo estoy diciendo lleno de admiración por la selva. No la odio. La quiero. La quiero mucho. Pero la quiero en contra de mi sano juicio.”
Werner Herzog


Basada en los diarios del misionero Gaspar de Carvajal, cuya credibilidad ciertamente podría ser impugnada, Aguirre, la cólera de Dios adapta libremente lo que se conoce de la figura histórica del fanático Lope de Aguirre. Recordada por sus autores por ser construida tras un durísimo y apasionado rodaje en las selvas amazónicas, el enfoque que persigue la película viene a ser, como Werner Herzog reconoció años después del estreno, el de una obra de pura imaginación que explora la psicología militar, la ironía de la revuelta, el colonialismo y la necesidad humana de poder. La aventura resucita los megalómanos sueños de un grupo de conquistadores españoles en el siglo XVI, y de su viaje por un río de la selva de Perú en su intento de encontrar El Dorado: la mítica ciudad de oro. Travesía que aparece en la historia como una extraña nota a pie de página, y cuyo destino irremediable es la extinción.

Para Aguirre, la cólera de Dios, es fundamental la presencia de Klaus Kinski. Herzog era muy joven cuando le conoció en Alemania por primera vez: "En ese momento supe que era mi destino hacer películas y que él las interpretara”. El papel de Lope de Aguirre le viene a Kinski como un guante para desatar toda su ego manía en escena. La actuación se acentúa en el más estricto sentido de la palabra. No sería reconocible con una gesticulación natural, su deber es siempre contrastar con el entorno, resaltar sobre el resto de sus acompañantes, a quienes menosprecia con un continuo desdén. El proyecto de Aguirre es un reinado de terror que perseguirá hasta el fin de su existencia. Pasando de ser un sueño a una incoherente alucinación. Sus ambiciones están por encima de la moral, la cordura o la muerte. Su imagen es la de un loco solitario. Defendiendo su postura, impulsando a sus hombres a eliminar cuantos interfieran en modo alguno en su tarea de destrucción y exploración: “Ese hombre es una cabeza más alto que yo, arréglalo…” ordena a su secuaz Perucho en una de las escenas más cínicas de la película.

La música y el sonido establecen el tono. Su escucha es inquietante y sensible. La banda sonora está compuesta por Florian Fricke, cuya banda Popol Vuh (llamado así por el mito maya de la creación) ha contribuido a las bandas sonoras de muchas de las películas de Herzog.

Hago hincapié en la música porque el sonido en una película de Herzog es, orgánicamente, parte de su efecto. Lo que sentimos, sobre todo, es la inmensidad del río y el bosque circundante. La historia comienza de una manera sencilla, pero su resultado es incalculable, y no se sabe donde se puede llegar: puede que no concluya en un "final'', pero sí en la creación de un estado de ánimo dentro de nosotros, un sentimiento espiritual o visionario. Creo que él quiere que su público se sienta como un observador ajeno, distante, angustiado, triste por la inmensidad del universo, sintiendo el peso sobre los sueños y las ilusiones del hombre.

Lo que Herzog ve en esta historia, es lo que se encuentra en muchas de sus películas: hombres perseguidos por la visión de un gran logro que, por atreverse a alcanzarlo, pecan de orgullo, y son aplastados por un universo implacable. De los cineastas contemporáneos, Werner Herzog es de los más visionarios, y deja patente su obsesión con los grandes temas. No es de extrañar que haya dirigido muchas óperas. No quiere ceñirse a una historia, quiere elevarnos a los reinos de las maravillas. Hay una especie de 'santa locura' en la forma de hablar de su trabajo: “Mientras rodábamos tuve una sensación muy especial y profunda, fue como si la gracia de Dios hubiera caído sobre esa película y también sobre mi, como si estuviera viendo algo muy especial que no volveré a ver jamás” expresa Herzog cuando habla de la filmación de la primera secuencia de la película, donde desde lo alto de la montaña veía como la niebla se disipaba y flotaba al margen de la hilera de figurantes que atravesaban un claro en ese momento.

Herzog prefiere buscar la trascendencia, el sentido metafórico de las imágenes, aunque ni siquiera lo identifique con exactitud. Sobre el barco que cruza una montaña entre las aguas en Fitzcarraldo Herzog dice: “Sé que es una metáfora de algo, pero no se de qué…”.

Aguirre abrió al reconocimiento de la crítica, y desarrolló rápidamente un gran culto a nivel internacional a pesar de su aspecto minimalista. Muchos la han declarado la obra maestra de Herzog, y ha aparecido en numerosos sondeos y listas sobre las películas más importantes de la historia. El estilo visual de Aguirre y los elementos narrativos tienen una fuerte influencia en Apocalypse Now (1979) de Francis Ford Coppola o en gran parte de la obra de Terrence Malick entre otros muchos que también creo que podría citar.

Antonio Cristóbal.